La Solana se hace altar,
sus calles relicario
y su corazón clavel
cuando pasa convento abajo
el Rescatado con la túnica morada
acariciada por el oro de sus bordados.
Virgen de los Dolores,
Soledad de un Convento,
patena de ojos azulados
que guia nuestros pasos
tras el divino Nazareno,
para Ella nacieron las flores
del Convento de Jesus,
para Ella son los piropos de sus Cofrades
de habito Trinitario,
para ella el pregonero
quisiera ser flor,
cera y pañuelo.
¡Dios te salve, Soledad,
Reina de tu Convento,
llena eres de Gracia,
en tu vendita Trinidad!
