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miércoles, 27 de julio de 2011

Los solaneros honraron a su patrón, Santiago


La Solana honró a su patrón como merece. La mañana del 25 de julio escenificó un año más el homenaje a Santiago Apóstol en forma de misa solemne y procesión, con la salida de la imagen a hombros como gran novedad, junto a las nuevas banderolas que colgaban de algunos balcones durante el recorrido procesional.
         A las doce en punto del mediodía comenzaba la eucaristía, presidida por el párroco de Santa Catalina, Benjamín Rey, y concelebrada en compañía de su homólogo del Convento, Manuel Infante, y los vicarios de Santa Catalina, Francisco Maestro y Óscar Casas. En los primeros bancos, el alcalde Luis Díaz-Cacho y varios concejales de la Corporación, y los directivos de la Hermandad de Santiago. Detrás, representantes de otras cofradías y asociaciones eucarísticas de la ciudad, y el grueso de fieles que abarrotaban completamente la iglesia. La imagen del Apóstol peregrino, bajada de su hornacina en el retablo, aparecía en lugar preferente junto al altar subida en sus nuevas andas.
         En la homilía, Benjamín Rey felicitó a la hermandad anfitriona por su labor en estos últimos años para recuperar la solemnidad que había perdido la celebración de Santiago, día grande de la feria solanera desde tiempos inmemoriales.
         Después se detuvo en la figura del Apóstol para destacar sus virtudes y, sobre todo, su mensaje. El párroco se detuvo en un pasaje del Evangelio leído minutos antes, en el que Jesús enseñó a Santiago y a Juan el valor de lo divino por encima de lo mundano.
El alcalde leyó un poema ¿con mensaje?
         La misa continuó con las preces, donde un representante de cada hermandad y grupo eucarístico de La Solana entregó su medalla como señal de tributo al patrón. Y al término de la comunión, el alcalde subió al ambón para leer un poema de su propia cosecha. En sus versos, Luis Díaz-Cacho se dirigió al Apóstol, y quién sabe que indirectamente a los solaneros, para decir que “persevero, Santiago, a cada instante”. Y es que la difícil situación económica que atraviesa el Ayuntamiento está en el subconsciente de todos. Tal vez por eso recitó la siguiente estrofa: “hace falta paciencia, virtud de gentes que buscan sólo el bien”.
Procesión
         Terminada la misa, comenzó la procesión. Por segundo año consecutivo tras un parón de 45 años, el desfile salió al filo de la una del mediodía con las nuevas andas como gran innovación, gracias a una donación realizada por el popular carpintero local, Manuel Moreno. Precediendo a la imagen portada en andas, aparecían los representantes de cofradías y hermandades, además de niños vestidos con capa blanca, mujeres y hombres con camisa blanca y la cruz santiaguista en el brazo, y directivos de la Hermandad anfitriona con traje oscuro y corbata roja. La Banda Municipal anticipaba el paso del estandarte, y tras los hermanos con el bordón de peregrinos aparecía la imagen portada por doce anderos y el cortejo de autoridades y clero. El trayecto procesional, que partió desde la Plaza Mayor, siguió por las calles Concepción, Feria, Carrera, Monjas, Cruz de Hierro y Plaza Don Diego, para terminar de nuevo a las puertas de la parroquia. A pesar de la canícula propia de una mañana de julio, la temperatura era soportable y el público siguió la procesión, especialmente a su salida y su llegada.
         Después, se celebró un vino de honor en la Casa de la Iglesia, sufragado por la propia Hermandad organizadora.