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martes, 30 de agosto de 2011

Entrevista a Padre Domingo

Padre Domingo: "si hubiera seguido en Sierra Leona, probablemente ya estaría muerto"



El padre Domingo Jiménez, misionero Javeriano que ha permanecido a lo largo de 32 años ejerciendo en Sierra Leona, ha vuelto durante unos días a La Solana tras su primer año en España después de dejar la misión africana. En una entrevista concedida a Radio Horizonte, Domingo Jiménez ha declarado que siempre que vuelve a La Solana lo hace “con mucha ilusión y alegría”, expresando su orgulloso de ser solanero.
   Después de su larga permanencia en la misión durante más de tres décadas, Domingo Jiménez admite que no ha sido fácil readaptarse a la vida en España “me ha costado un poco, sobre todo por los fieles y compañeros que he dejado allí, porque el tiempo que estuve con ellos fui muy feliz”. Tras ese periodo en África ha tenido que adaptarse a su nuevo destino, tanto en las casas de la orden Javeriana, primero en Madrid y luego en Murcia, donde le enviaron sus superiores, y a la que acudió cumpliendo el voto de obediencia que les debe. Recuerda que, aunque la actividad en España es muy diferente a la que tenía en Sierra Leona, tampoco falta actividad. Afirma que mantiene un intenso trabajo en la tarea pastoral, así como en las capellanías en diversas comunidades religiosas y otras actividades de su ministerio.
Pero las diferencias son muchas “el trabajo pastoral aquí es muy diferente al de África”. Allí, recuerda el Padre Domingo, se levantaban a las 6,45 de la mañana y celebraban la Eucaristía, continuando con el desayuno tras el que se desplazaban a diferentes comunidades “llevábamos alrededor de 30 pueblos y después de la comida volvíamos a salir”. Las reuniones que mantenían con los fieles eran múltiples, repartidas en todas esas poblaciones, en la catequesis que tenían que realizar en la preparación para el bautismo. Aquí en España -indica- “el horario es más tranquilo, tenemos más tiempo para leer y estar más al tanto de lo que ocurre en el mundo; el aislamiento en Sierra Leona era total”.
Aunque su deseo siempre ha sido permanecer en África, hubo un momento en el que su salud no le permitía continuar allí “de haber seguido en Sierra Leona casi seguro estaría muerto”. De hecho, ha tenido que pasar por tres operaciones quirúrgicas.
Por otro lado, está muy ilusionado, al igual que toda la orden Javeriana, ante la pronta canonización del fundador Guido María Conforti, que fue obispo de Parma y arzobispo de Rábena.
En cuanto a su permanencia en La Solana, agradecía a los párrocos las atenciones que tienen con él, incluso cediéndole una vivienda en el Cristo del Amor, al mismo tiempo que siempre que viene le piden que colabore en las labores pastorales de las parroquias, cosa que hace con gusto.
Dijo sentirse “solanero de pura cepa”, recordando sus pregones de feria y de Semana Santa, y su título de Galán, aunque admite que le gustaría predicar el novenario de la Virgen de Peñarroya, que ya vivió muy de cerca en sus años de monaguillo.