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miércoles, 31 de octubre de 2012

Halloween y la fiesta de todos los Santos.

De un tiempo a esta parte, podemos apreciar como nos estamos dejando invadir las celebraciones de Todos los santos y los fieles difuntos por la celebración pagana de Halloween; celebración que está tomando mucha fuerza en las generaciones más jóvenes, por todo lo que trae consigo de ser un “pequeño carnaval”, en el que se disfrazan y celebran fiesta. ¿Pero qué es Halloween en realidad? Halloween o Noche de Brujas es una fiesta que se celebra principalmente en Estados Unidos, norte de México, y algunas provincias de Canadá en la noche del 31 de octubre. En gran parte, es una celebración secular aunque algunos consideran que posee un trasfondo religioso. Los inmigrantes irlandeses transmitieron versiones de la tradición a América del Norte durante la Gran hambruna irlandesa de 1840. Se celebraba en los países anglosajones, principalmente en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. La fuerza expansiva de la cultura de EE. UU. ha hecho que Halloween se haya popularizado también en otros países occidentales. Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Es decir, la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana con la fiesta cristiana de Todos los Santos y la de los difuntos, que es el día siguiente, hizo que algunos las mezclaran. En vez de recordar los buenos ejemplos de los santos y orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos. Algunos inmigrantes Irlandeses introdujeron Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folklore popular. Se le añadieron diversos elementos paganos tomados de los diferentes grupos de inmigrantes hasta llegar a incluir la creencia en brujas, fantasmas, duendes, drácula y monstruos de toda especie. Desde USA, Halloween se ha propagado por todo el mundo. En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces. Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo. El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas. Se dice que la noche de Halloween, la puerta que separaba el mundo de los vivos del más allá se abría y los espíritus de los difuntos hacían una procesión en los pueblos en los que vivían. En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas. Pero el problema con el que nos encontramos, es que estas supersticiones antiguas, y este disfrazarse de seres diabólicos no es algo sin importancia: es abrir una puerta al mal. Y es que hoy día, las cosas han cambiado. Ha disminuido mucho la práctica de la fe dejando un gran vacío. No se aprecia el testimonio de los santos y en vez se buscan sensaciones inmediatas para divertirse sin tomarse nada en serio. Jugar a las brujas y fantasmas parece una broma, una diversión inofensiva, pero el demonio se aprovecha de quienes tienen poca fe para infiltrar las prácticas paganas y ocultistas que abundan. Los jóvenes, por los medios de comunicación, y a veces en las escuelas, están expuestos al paganismo, el ocultismo y la superstición. Las librerías dedican secciones enteras a libros de la Nueva Era, magia y ocultismo. La ouija y otras formas de adivinación son muy populares entre los jóvenes; los juegos violentos por computadora; la fascinación de la música con temas oscuros, con la muerte y con matar; los wicca (muchos jóvenes se están metiendo en esta religión) se enorgullecen de sus brujerías y creencias paganas. Halloween es una de las celebraciones más importantes para los satanistas y ocultistas. Esa noche realizan “misas” negras y otras graves ofensas a Dios. Esa noche se registra un aumento de crímenes, por lo que la policía, en muchos lugares, se mantiene en estado de alerta. Hay cristianos que justifican sin reservas la celebración de halloween sin considerar lo arriba explicado. Algunos citan al Vaticano II donde nos exhorta a descubrir los valores buenos de la cultura. Cierto. Pero también debemos discernir a la luz del Evangelio lo que no es bueno para cambiarlo. Es necesario reconocer que el demonio existe y se infiltra con astucia en la cultura. Pero es importante saber que también tenemos la “advertencia” del P. Gabrielle Amorth, exorcista oficial de la diócesis de Roma y el exorcista más reputado del mundo; quien advierte tajantemente que celebrar Halloween es abrir una puerta al demonio y al mal. Por tanto, quisiera finalizar este artículo con una pregunta: Si Halloween es una fiesta donde se exalta la muerte, seres monstruosos y demoniacos, una “fiesta de la condenación” y todos los Santos, por el contrario, es la fiesta de todos los redimidos, de todos aquellos cuyas almas están en el cielo, y la conmemoración de los fieles difuntos es rezar por aquellas almas que están salvadas y necesitadas de purificación, o sea, almas buenas y santas…. ¿Con quién nos quedamos? Yo lo tengo muy claro: Quiero la salvación y la vida eterna. Sí a Jesucristo, No a Satanás, pues en el bautismos y en la Confirmación y en muchos momentos, se dice que renunciamos a Satanás, a sus obras y a sus seducciones. UN DEVOTO DE LA VIRGEN MARIA, TIENE QUE ESTAR CON TODOS LOS SANTOS.
By.- R,C Fuente.-Canal romero

Estrella Sublime, reportaje

8 Años por Sevilla Coronada


Adolfo Arenas presenta su carta de dimisión al frente del Consejo de Hermandades y Cofradías

Adolfo Arenas ha presentado su carta de dimisión como presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla. Según hemos podido saber esta dimisión ha venido provocada por las numerosas filtraciones y disputas internas en la elección de la Cartelista y el Pregonero de la próxima Semana Santa, además de la organización del Magno Via Crucis de la próxima Cuaresma y de la reforma de los estatutos del Consejo, entre otros motivos. Dicha carta de dimisión fue entregado al Delegado Diosesano de Hermandades y Cofradías Manuel Soria Campos. Está previsto en la jornada de hoy Martes 30 de Octubre, una reunión entre Manuel Soria y el Arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, para aceptar o rechazar esta dimisión por parte de Adolfo Arenas. Si se aceptase esta dimisión sería la primera vez que ocurra en el Consejo de Hermandades y Cofradías, y le relevaría en el cargo Carlos Bourrelier. Adolfo Arenas lleva desde el año 2008 como Presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, y el pasado mes de Junio fue reelegido de nuevo.