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lunes, 29 de julio de 2013

Fin de ferias y fiestas De Santiago y Santa Ana en La Solana

Después de cinco intensos dias de ferias nos encontramos en el ultimo, hoy ya las despedimos hasta un proximo 24 de Julio donde vloveremos a recordar nuestra niñez.
Un año mas la crisis desafio a la niña que tiene cinco puertas de entrada y una de salida, a la que no entiende de clases, ala que no mira el color, esa que le da lo mismo lo que seas, que estes entre hojalatas o cacharros, que estes tomando algo o trabajando, ella esta abierta a todos, a solaneros y foraneos, ella quiere ser de todos, a si es ella nuestra Feria.
Es hora de ir valorandola y lo haremos en diversas entradas, comenzando por el dia 24 dia de la inaguración oficial.
Fuente: http://lasolana.es

La feria arrancó en loor de multitudes


Momento del corte de la cinta Foto: GACETA

Aurelio Maroto

Tan puntual quiso ser, que adelantó su salida. Eran las nueve menos dos minutos de la tarde del miércoles cuando el carrusel oficial de la feria comenzó a rodar, calle abajo. La Agrupación Musical de San Sebastián abrió presta el desfile, dando paso a los gigantes y cabezudos, seguida por la Banda Municipal y la comitiva de autoridades e invitados. Cientos de solaneros abarrotaban la Plaza Don Diego, como siempre. Los más pequeños, que eran legión, miraban asombrados la inmensidad de Don Quijote y Dulcinea, o el saludo bribón de los cabezudos. Es la magia de la inauguración, un instante algo efímero, pero que no pierde su esencia.

El pasacalle se detuvo a la entrada del parque para cortar la cinta. El alcalde, Luis Díaz-Cacho, repartió trozos de banderita a sus colegas de Corporación, entre ellos el presidente de la Diputación, Nemesio de Lara, y a la pregonera, Ramona Romero de Ávila. También se encontraban alcaldes de localidades de la comarca como San Carlos del Valle, Alhambra o Carrizosa. Después, entrada al parque viejo para la ceremonia de izada de la bandera de La Solana entre los acordes del himno local. El paseo continuó entre las casetas, chiringuitos y puestos de toda clase y condición, hasta llegar a los tiovivos. Así concluyó el prolegómeno de lo que vendría después: el pregón.

El teatro “Tomás Barrera” albergó el anuncio oficial de la Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana 2013, que pronunció Ramona Romero de Ávila Bueno, polifacética mujer, muy vinculada desde hace años al mundo de la cultura.

Pero antes se entregaron los premios del 45º Certamen Nacional de Poesía. El presentador y Cronista de la Villa, Paulino Sánchez, leyó el acta del jurado, que en su día otorgó el primer premio al poeta ciudarrealeño Eugenio Arce Lérida por su trabajo titulado “Canto a mi tierra”, bajo el lema “Mancheguía”. El segundo premio recayó en el solanero Julián Mateos de la Higuera, gracias a su composición “Sueños y aventuras”. Ambos subieron a recoger sus premios y leyeron sus poemas.

A continuación, Paulino Sánchez glosó la figura de la pregonera, de la que destacó su vinculación a la rosa del azafrán “vivió desde muy pequeña en torno al color y al olor del morado que cultivaba su padre Gregorio”. También recordó su precoz aparición pública en un recital poético en 1984 y, cómo no, su participación en la fundación del grupo Pan de Trigo en 1989, tiempo en el que publicó el libro “Rosas de octubre”.

Un original pregón

Treinta y cinco minutos. Ese fue el tiempo que invirtió Ramona Romero de Ávila en anunciar la llegada de la feria. Tiempo suficiente para enumerar sentimientos, anhelos, nostalgias, y también esperanzas. Construyó un pregón original, por puesta en escena y por contenido. Leyó y cantó junto a Marieli Blanco, que no paró de acompañar al piano. Entre recuerdo y recuerdo, pasajes de canciones que en su día inspiraron a la pregonera y, sobre todo, una lectura pausada y clara, bien interpretada, pero sin teatralidad.

La pregonera procuró no olvidarse de nada, ni de nadie. Bajo los compases del Sembrador, comenzó aludiendo a esta tierra de escasez “de mares dorados y olas de espigas”, al arraigo y a los solaneros de la diáspora “hacéis bien en volver para la feria” –dijo-. Recordó aquellos veranos “con la quietud en el pecho” y el encuentro jubiloso de la feria con sus juguetes, atracciones, y ese tren de la bruja “que tanto miedo me daba”.

No olvidó a su familia. Su abuelo que siempre la defendía, a ella y a su hermana, su tío Eugenio que la inspiró en la música, sus hijas Gloria y Clara, y por supuesto su madre y su padre, que tanto le enseñaron. Eso sí, no olvida cómo su padre Gregorio aprovechaba los días de feria para poner celemines de rosa en La Moheda “su vida era el trabajo”.

La pregonera, poeta a la vez que pintora y amante de la música, no olvidó las canciones se Serrat “me conquistó con los versos de Machado”, ni aquella primera cinta de Nino Bravo. Entre tanto, Mariela y ella cantaron conocidos fragmentos de Rafael Amor, Ana Belén, Mocedades…

Ramona Romero de Ávila también puso de relieve su solanerismo. Cómo no, habló de la rosa del azafrán, esa flor arrogante que tantas cosas le ha dado, y aludió a rincones solaneros tan emblemáticos como la Plaza Mayor, un lugar muy especial para ella. La banda sonora de La Vida es Bella sonó como epílogo. No fue casual. La pregonera quiso terminar con un mensaje de optimismo, y hasta de inocencia “quería un vestido blanco por que blanca es la inocencia; que nadie nos robe la alegría” –concluyó-.

El alcalde, Luis Díaz-Cacho, cerró el turno de intervenciones con el tradicional mensaje de feria. Felicitó a la pregonera, de la que dijo ser “una persona que rezuma sensibilidad y transmite sentimientos mediante la poesía y la pintura”. Después, aludió al difícil tiempo que vivimos “que dura demasiado”, pero prefirió ser posibilista y mirar al futuro con optimismo. A nivel local, cree que las cosas se están enderezando, no sin un gran esfuerzo, aunque advirtió que todavía queda camino por recorrer.

La velada concluyó con un broche lírico. El pianista brasileño Sergio Kuhlmann y la voz de la soprano madrileña Estefanía Ariza interpretaron varias romanzas de conocidas zarzuelas, además de algún aria y canciones populares.