Radar de lluvia

viernes, 6 de abril de 2012

Y me enamore de ti, Macarena

Ya vienes transida y amarga
cual flor de azahar,
con los ojos turbios de Pena
derramando tus perlas al pisar.
Las angustias de tu llanto
se palpan a tu pasar,
entre tus manos llevas
el verbo de la cristiandad,
envuelto entre pañuelos de encajes,
bordando el aire y tu caminar.
La brisa que te toca
huele a cera y rosa
huele a incienso y naranjo
a azucena, clavel y campo de marzo.
Las huellas que vas dejando
se convierten en lirios morados
emanas agua de vida,
irradias luz celestial,
florecen los luceros de tu rostro,
y resplandece tu carita de pena.
Y me enamore de ti,
de tu rostro, que es el cielo,
de tus ojos, que son las estrellas,
de tu belleza, que es la luna nueva,
y la inmensidad de tu corazón,
tierno, profundo y sensible,
como la mas grande de las estrellas
el sol naciente, el amanecer de la mañana
bordando en fino cristal y plata,
la luz, la vida y el alba
de la Esperanza Sevillana.