Radar de lluvia

jueves, 4 de julio de 2013

Hasta siempre, amiga Casta


Anoche de madrugada te llegó la hora, despues de un largo año de hospitales y una enfermedad sin ser, y yo hoy, deshecho por dentro y con lágrimas templadas corriendo por mis mejillas, te escribo la carta que nunca quise tener que escribirte. Hoy mas que nunca recuerdo aquellos dias de ajetreo, previos al enlace de nuestros hermanos Dommingo y Manoli, preparando con entusiasmo las sorpresas que les ivqamos a preparar y como no vatiendo al intenso calor de Agosto refrescandonos con una fresquita.
Hoy te digo adiós, después de largos años de algo mas que amistad inquebrantable, casi familia, y solo quiero que sepas que tu cuerpo descansara junto a esa foto de la virgen de Peñarroya que te tenia prometia y junto a tu niña ese angelillo que Dios se llevo, quiero que sepas que tú seguirás siempre viva en mis pensamientos. Se me pierde la vista en la lluvia y vuelvo a verte, fuerte y sana, en tu pose altanera, mirándome con tus ojos dulces, esperando de ti una sonrrisa. Te miro lleno de orgullo y vuelvo a decirte emocionado que eres la mejor. La mejor amiga, la primera para todo, a la que nada le importava ayudar siendo el momento que fuese, y así te recordaré siempre.