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lunes, 12 de septiembre de 2011

Los solaneros se vuelcan en la romería de su patrona y reciben a la Virgen de Peñarroya con diversos actos

   
Cientos de romeros comenzaron a recorrer desde la tarde del viernes, a través de caminos, los treinta kilómetros que separan La Solana del Castillo de Peñarroya, donde se celebra la Romería de la Virgen patrona de La Solana y Argamasilla de Alba.
La novedad de este año en la salida andando desde La Solana ha consistido en la concentración de un determinado número de romeros en la tarde del viernes en la ermita del Humilladero solanera. Allí se realizó una oración dirigida por el párroco de Santa Catalina Benjamín Rey, quien posteriormente acompañó a un grupo de romeros por el camino viejo de la Virgen hasta el Santuario.
   A lo largo del camino fueron cientos las personas que se desplazaron hasta el Castillo, en una tarde de calor sofocante, a través de parajes tan conocidos como La Chimeneas y Santa María, donde familiares y amigos les esperaban con aguas y alimentos para aliviar ese caminar hasta el Santuario, donde ya se concentraban miles de romeros a la espera de la llegada de la patrona desde Argamasilla.
Con la salida desde la Plaza Mayor de La Solana de la Junta Directiva de la cofradía de la Virgen de Peñarroya, en la mañana del sábado hacia el Castillo de Peñarroya comenzaban oficialmente los cultos de recibimiento de la Patrona tras los ocho meses de ausencia desde enero, cuatro en su Santuario y otros cuatro en Argamasilla de Alba.
A mediodía del sábado era entregada oficialmente la imagen a la cofradía solanera por la argamasillera, siendo miles las personas que se encontraban acampadas en los aledaños del recinto.
   Por la tarde se celebró el rezo del rosario y posteriormente la misa en la plaza de armas del Castillo, continuando los cultos al amanecer del domingo con el recorrido de la Virgen por los aledaños del Santuario en el Rosario de la Aurora, seguida de la misa en la ermita.
   A la una del mediodía llegaba la imagen al altar de la Plaza de Toros. Allí era abierto el cochecillo por primera vez por el nuevo alcalde Luis Díaz Cacho, quien daba los vivas de ritual a la Virgen y al Chatillo, como es denominado el niño que lleva en sus brazos la Patrona. La Banda Municipal interpretó primero el Himno de La Solana y luego el de la Patrona, siendo trasladada posteriormente la imagen a la ermita del Humilladero, con parada en dos lugares, uno en la calle Emilio Nieto donde se monta una verbena por los vecinos y otra ante las celosías del convento de las Monjas Dominicas de clausura. En la ermita del Humilladero los caballos y vehículos que la acompañaron desde el Castillo desfilaron delante de la Patrona.
Por la noche la imagen, ya en su paso, fue trasladada en procesión desde la ermita del Humilladero a la parroquia de Santa Catalina. El itinerario se encontraba completamente abarrotado de fieles para contemplar el paso del baile de las banderas delante de la Virgen, que estuvo acompañada de los alabarderos, Junta Directiva de la cofradía, capitán de este año Andrés Morales, clero y autoridades locales.