Radar de lluvia

sábado, 28 de febrero de 2009

el huerto de los olivos....

Cristo de la Oracion en el Huerto Cristo de valentía y desespero Temeroso por el momento.En que dará por nosotros su cuerpo Gotas de Sangre resbalan por tu cuello Y tú, incesante sigues con tu rezo¿Mas amor puede demostrarse en tal momento?Clara y sinceramente, no lo creo.Porque lo que año tras año veo Fue lo que ocurrió en aquel trágico suceso En que nuestro señor padre rezó por salvarnos del infierno Y ahora escribirte todo esto, es lo que más quiero


Finalizado el cántico y la cena hacia Getsemaní se encaminaron, las sombras de la noche enmascararon los rostros demudados por la pena. Llevaban de tristeza su alma llena. Ocho, a la entrada, para orar quedaron; Pedro, Santiago y Juan acompañaron a Jesús. Empezaba la condena. Se alejó de ellos pálido, afligido, de hinojos se postró, la frente en tierra, y elevó al Padre bueno su plegaria. Estaba atribulado, decaído, y su materia, que a existir se aferra, pedía su razón originaria. Jesús medita brutalmente herido, rasgado por contrarios sentimientos de olvido o redención. Sus pensamientos viajan de gloria a oprobio. Está aturdido. Pedro, Santiago y Juan ya se han dormido y Cristo les reprende. Sus tormentos, las causas de profundos sufrimientos, son vilezas del hombre redimido. Ruega al Padre le exima del martirio le aparte el cáliz portador de Cruz, le salve de la muerte y la agonía. Suda sangre abrumado en su delirio, y dice, al recibir de Dios la luz, haré tu voluntad y no la mía. Bajo el anciano olivo, con horror al cruento final, al sacrificio, de rodillas, humilde, es su cilicio apurar el acíbar del dolor. No hará su voluntad porque es Amor. Y su carne, rebelde ante el suplicio, enrojece su arcilla, el edificio que sufrirá su Cruz de vencedor. Estalla la liturgia del perdón, Es carmesí holocausto al trasvenarse. Será mártir por todos sus hermanos. Es la primera sangre de Pasión. Él es el alto precio y al donarse abre la salvación a los cristianos.

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