Radar de lluvia

viernes, 25 de marzo de 2011

Encarnación

Estaba María santa
Contemplando las grandezas
De la que de Dios sería
Madre santa y Virgen bella
El libro en la mano hermosa,
Que escribieron los profetas,
Cuanto dicen de la Virgen
¡Oh qué bien que lo contempla!
Madre de Dios y virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.
Bajó del cielo un arcángel,
Y haciéndole reverencia,
Dios te salve, le decía,
María, de gracia llena.
Admirada está la Virgen
Cuando al Sí de su respuesta
Tomó el Verbo carne humana,
Y salió el sol de la estrella.
Madre de Dios y virgen entera,
Madre de Dios, divina doncella.
Cantando el Verbo divino
Un alto tan soberano,
Como de Dios voz y mano,
A ser contrabajo vino,
Bajando hasta el punto humano;
Que aunque es de sus pies el suelo
El serafín de más vuelo
Y el más levantado trono,
Bajó por la tierra el tono
Hoy la música del cielo.
Una Virgen no tocada
Toca con destreza tanta
El arpa de David santa,
Como la tiene abrazada,
Que adonde el infierno espanta,
Dos puntos solos tocó,
El bajo y el alto juntó,
Que, como en una pregunta
Con un Sí Dios y hombre junta,
En dos puntos se cifró.
De un fiat comienza el Fa,
De su obediencia y su fe,
Vió Dios el Mi, siendo el Re
Rey, y reparó que en La
Virgen estrella Sol fue.
Pero después que nació,
Cifrada en dos puntos vió
La tierra por su consuelo,
El armonía del cielo,
Sol y La que le parió.
Lope de Vega.

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