El primer arreón con Ella,
el primer apretón fuerte,
tu hombro sosteniendo el peso bendito de la MADRE.
La mirada al cielo,
la mano alzada vitoreándola
y un grito al viento perdido...
¡¡¡VIVA LA MADRE DE DIOS!!!
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE PEÑARROYA!!!
Todo ello, en una tarde eterna en nuestras vidas
y candente... en nuestros corazones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario