Padre nuestro que estas en Sevilla, en su luz
y en el silencio
de sus calles omnipresente y eterno,
te busque en la abierta azucena de una mano
en el morado lirio que brota bajo tus pies,
en la rosa que surge bajo tu mano cual sangre tuya es,
te busque en los rescoldos que arden en el silencio
en el sol que porfía entre las nubes y en los oráculos de la caridad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario